--------------------------------------------------------- Ese poto que miras
El cuello se tuerce cual tuerca robada al límite de un espantoso tortícolis, pero placentera a la vez, por así decirlo; un buen trasero femenino pasa dando una especie de temprana brisa marina, un tufillo algo perfumado, en fin:
un buen poto.
No se entiende esa forma de catalogar a una mujer por su derrier, pero los “peruvianman” seguimos con nuestro machismo venido a menos, aún si continúa por una senda que trata de sobrevivir a pesar de la globalización avanzada donde el poderío femenil arrasa a pasos agigantados. Pero veamos la contraparte, -el poto mirado-, una pequeñísima licra ajustada, un jean al borde de estallar, un caminar tambaleante de aquí para allá, una provocación ansiosa a miradas uniformes tangentes y paralelas, una lengua afuera y ojos sobresalientes,…>>
el trofeo de guerra<<, -
varón no soy de acero-, la mujer, una mirada cachosa, el hombre un “jeropa” ansioso, parece que no hay más que discutir,
¿no?Llego a la conclusión que el juego de la seducción, es simple y certero; ya quedaron años atrás donde un buen popurrí de versos adornados deslumbraba a la mujer, y el varón esperaba con el corazón en la mano la caída de ese pañuelo de encajes perfumado y perdurable; ahora la comida rápida, las manecillas de reloj que va hacia atrás, el ir y venir de masas infinitas, la rutina diaria, los flash informativos, las muertes repentina- me pongo serio, lloro, rió y sigo con mi vida; hace que los placeres sean tan igual o parecidos a todo esto, el dame que te doy que te sigo dando, punto,.. chacapum se acabo, si te veo no me acuerdo, y si me acuerdo de nuevo al ruedo…
¿Se puede especular que el varón se enamora en primer lugar de un poto femenino?, ¿Y la mujer, se puede afirmar que ocurre el mismo paradigma?
Conversaba con una muy buena amiga, sobre la atracción particular hacia el sexo opuesto, ¿Qué era lo que le atraía a primera vista de un hombre?.
- Depende, si lo veo por adelante o por atrás, si lo veo por adelante su rostro, y si lo veo por atrás el poto.
- Pensé que mirar potos era sólo una adquisición varonil - le dije-
- Por supuesto que no, un buen trasero varonil es quizás para muchas:
un buen gancho- me refutó.
Después de esta perspectiva, en resumidas cuentas llego a la conclusión que el amor, en algunas ocasiones, no en todas, empieza por mirar un buen poto, la teoría que era por glándulas nasales, quizás no sea del todo cierta. ¿Ustedes que dicen?
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Escrito por José Torero
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